domingo, 23 de diciembre de 2012

Carta abierta al Sr. Mariano Rajoy Brey.

Apreciado señor, lamento decirle que, como se habrá dado cuenta, no padezco el síndrome de Estocolmo como la inmensa mayoría de los compatriotas suyos que siguen votando en este país, que espero que se curen de este mal muy pronto y les quemen a todos en la hoguera del olvido.
Como no sufro de este mal, he efectuado un estudio matemático de los grupos que componen España y los he vinculado con los resultado de las urnas que han llevados a España a estar donde está, ésta es mi conclusión.
España esta dividida en seis grandes grupos que definidos de mayor a menos son: imbéciles, indecisos, desesperados, indiferentes, románticos e inteligentes.

IMBÉCILES.
La definición de imbécil dice que: Se aplica a la persona que está escasa o carece de inteligencia, que es torpe de entendimiento.
Número imbéciles = número de votantes del PP + número de votantes del PSOE.
Esta condición se aprecia con claridad en lo votantes de los dos partidos que polarizan el país, entre el PSOE y el PP han hundido a España, arruinado a sus habitantes, hecho reír al mundo entero y aumentado el desprestigio del que se gozaba en este país.

INDECISOS.
La definición de indeciso dice que: Se aplica a la persona que carece del valor y la firmeza para tomar decisiones por sí misma.
Número de indecisos = número de votantes a los partidos no nacionalistas.
Es evidente que las personas que siguen votando a partidos que jamás podrán cambiar la inercia del país por el escaso número de votos sólo igualado por la escasa capacidad intelectual de la que gozan sus votantes y líderes.

DESESPERADOS.
La definición de desesperados dice: Perder totalmente la confianza en que se cumpla un deseo. Hacer perder totalmente la tranquilidad de ánimo y la paciencia.
Número de desesperados = número de votantes nacionalistas.
La paciencia a terminado para muchos que esperaban un resurgir de la inteligencia, pero después de varios intervenciones de los socialistas, otra del PP, una siguiente en la que todo el mundo entendió que se había tocado fondo con el inepto de Zapatero, viene usted Sr. Rajoy y hace casi bueno a Zapatero, esto hace que las personas con sentido común desesperen, desde luego no me refiero ni a los imbéciles ni a los indecisos, sino a los románticos que esperan que cambiándolo todo, para que todo pueda seguir igual.

INDIFERENTES.
La definición de indiferentes dice que: carece de interés o importancia por no tener consecuencias ni afectar a otra cosa, salga lo que salga de los votos.
Número de indiferentes = número de personas que no han ido a votar.
Cuando uno no tiene entusiasmo en su país es porque sabe que no importa lo que vaya a votar, salga lo que salga será malo para el país, ante este horizonte, la pregunta es obvia ¿para que votar?, o, vota tu que a mi me da la risa.

ROMÁNTICOS.
La definición de románticos dice que da excesiva importancia a los sentimientos y a la imaginación.
Número de románticos = número de votantes que votan en blanco.
Los hay, aun, que piensan que votando en blanco ejercen un voto de castigo general, con la esperanza de que a los dirigentes y futuros dirigentes se les abrirá un halo de luz en sus escasas inteligencias que les permitirá hacer las cosas bien y llevar a este país a ser lo que hasta ahora jamás ha sido.

INTELIGENTES.
Bien, se que usted me dirá ¿donde están los inteligentes?, que los hay, ¿cuántos son los inteligentes?
Bien solo nos queda el número de inteligentes. La definición de inteligencia dice que es la facultad humana de aprender, comprender y razonar, pues como son inteligentes aprenden de sus errores y no tienen interés alguno en seguir la farsa de las votaciones cada cuatro años, como son inteligentes, son capaces de comprender que este país no tiene solución y consecuentemente ejecutan su capacidad de razonar para irse a invertir fuera de España donde con seguridad sus actuaciones serán más provechosas para ellos y para sus hijos importándoles un pimiento que pase aquí.
Mariano, te voy a tutear porque al fin y al cabo yo pago parte de tu nómina con mis impuestos, así que tú trabajas para mi y nunca le ha hablado de usted a un empleado que ha traicionado tanto como lo has hecho tu a esta empresa llamada España, dime, con la mano en el corazón, ¿sabes donde llevas a este país?, ¿crees realmente que aplicando una política de partido en lugar de una política de país vas a sacar a España de este pozo de mierda donde la has metido?, responde con claridad y valor, si es que lo tienes.
Se que este escrito no gustará a la mayoría de los lectores, no me importa, de todas formas, alguien dijo que "si lo que uno dice o escribe no molesta a nadie es que no ha dicho nada de interés".
MB