Normalmente veo “Els Matins” programa que se emite en directo en las mañana, en la cadena TV3 y dirigido magistralmente por el periodista Sr. Josep Cuni.
El día 10 de mayo de 2010, en una tertulia relacionada con el referéndum sobre la Diagonal, en el que participaban el Sr. Josep Anton Acebillo ex-arquitecto jefe del ayuntamiento de Barcelona y el Sr. Jordi Borja, geógrafo, urbanista y sociólogo, casi al final de la tertulia el moderador Sr. Josep Cuni, efectuó una doble pregunta que terminaba con “El ayuntamiento (por el de Barcelona) ha dejado de ser de izquierdas o son ustedes los que han dejado de ser de izquierdas?”.
Ante esta pregunta, el Sr. Jordi Borja, respondió “No, yo no soy de izquierdas soy de extrema izquierda, supongo” lo que arrancó unas carcajadas de complicidad a los tres integrantes de la tertulia, moderador incluido.
Antes de nada diré que sin ser militante de ningún partido, mi tendencia política está por orden de prioridades inmediatamente después de mi condición como demócrata.
Dicho esto, es importante decir que nadie se rasga las vestiduras cuando un señor expresa su condición ideológica extremista de izquierdas, tan peligrosa o más que la de derechas, todo el mundo da por buena la condición con la que este señor se siente identificado, hasta el punto que la hace pública sin ninguna reserva.
Esto me hace preguntar que pasaría si en lugar de ejercer este señor su derecho democrático a definirse de extrema izquierda alguien en las mismas condiciones se hubiera definido como de extrema derecha, estoy convencido que las críticas y rasgadas de vestiduras hubieran colapsado la centralita telefónica del programa siendo la primer de todas la de este mismo señor.
He leído en alguna parte que un partido político de reciente aparición está diciendo lo que el 95% de los catalanes y no sólo de los catalanes sino del resto de los españoles piensa y por ello ha sido apedreado y abucheado en el ejercicio democrático de sus derechos de comunicación, estos personajes que les han apedreado son los hijos de los mismos personajes que en su juventud llevaban la camisa azul con el yugo y las flecha zurcidas en el lado izquierdo de la misma, estos personajes que antes decían sufrir el miedo del régimen dictatorial y ahora lo están imponiendo.
Este país ha salido de una dictadura de derechas a una estupidez de izquierdas, la primera cuartaba tus derechos a cambio de ciertas libertades y la segunda dando libertades que cuartan tus derechos, como digo en mi foro con relación al “El gobierno sigue en su línea decadente”.
Felicito a este señor por poder expresar libremente su condición y también felicito a los de tendencias de derechas por no rasgarse las vestiduras ante semejante posicionamiento político, y deploro a los de tendencias izquierdistas por denominarse demócratas y perseguir con intención de sabotear a los que no piensan como ellos.
Esto tiene difícil solución, somos un país de pandereta, coca cola y paella, un país de cigarras, que cantan en verano y cobran del paro en invierno.
MB
El día 10 de mayo de 2010, en una tertulia relacionada con el referéndum sobre la Diagonal, en el que participaban el Sr. Josep Anton Acebillo ex-arquitecto jefe del ayuntamiento de Barcelona y el Sr. Jordi Borja, geógrafo, urbanista y sociólogo, casi al final de la tertulia el moderador Sr. Josep Cuni, efectuó una doble pregunta que terminaba con “El ayuntamiento (por el de Barcelona) ha dejado de ser de izquierdas o son ustedes los que han dejado de ser de izquierdas?”.
Ante esta pregunta, el Sr. Jordi Borja, respondió “No, yo no soy de izquierdas soy de extrema izquierda, supongo” lo que arrancó unas carcajadas de complicidad a los tres integrantes de la tertulia, moderador incluido.
Antes de nada diré que sin ser militante de ningún partido, mi tendencia política está por orden de prioridades inmediatamente después de mi condición como demócrata.
Dicho esto, es importante decir que nadie se rasga las vestiduras cuando un señor expresa su condición ideológica extremista de izquierdas, tan peligrosa o más que la de derechas, todo el mundo da por buena la condición con la que este señor se siente identificado, hasta el punto que la hace pública sin ninguna reserva.
Esto me hace preguntar que pasaría si en lugar de ejercer este señor su derecho democrático a definirse de extrema izquierda alguien en las mismas condiciones se hubiera definido como de extrema derecha, estoy convencido que las críticas y rasgadas de vestiduras hubieran colapsado la centralita telefónica del programa siendo la primer de todas la de este mismo señor.
He leído en alguna parte que un partido político de reciente aparición está diciendo lo que el 95% de los catalanes y no sólo de los catalanes sino del resto de los españoles piensa y por ello ha sido apedreado y abucheado en el ejercicio democrático de sus derechos de comunicación, estos personajes que les han apedreado son los hijos de los mismos personajes que en su juventud llevaban la camisa azul con el yugo y las flecha zurcidas en el lado izquierdo de la misma, estos personajes que antes decían sufrir el miedo del régimen dictatorial y ahora lo están imponiendo.
Este país ha salido de una dictadura de derechas a una estupidez de izquierdas, la primera cuartaba tus derechos a cambio de ciertas libertades y la segunda dando libertades que cuartan tus derechos, como digo en mi foro con relación al “El gobierno sigue en su línea decadente”.
Felicito a este señor por poder expresar libremente su condición y también felicito a los de tendencias de derechas por no rasgarse las vestiduras ante semejante posicionamiento político, y deploro a los de tendencias izquierdistas por denominarse demócratas y perseguir con intención de sabotear a los que no piensan como ellos.
Esto tiene difícil solución, somos un país de pandereta, coca cola y paella, un país de cigarras, que cantan en verano y cobran del paro en invierno.
MB